Uno de los principales riesgos para la salud dental de los niños es la caries. Se trata de un trastorno que aparece cuando las bacterias de la boca se combinan con restos de azúcares que quedan entre los dientes tras las comidas. Como resultado, producen un ácido que puede dañar el esmalte dental.
¿Qué es el flúor?
El flúor es un mineral que ayuda a fortalecer y renovar el esmalte dental, previniendo la caries. Está presente en diferentes cantidades en forma natural en casi todos los alimentos y el agua. El flúor es usado en muchos productos tales como en los enjuagues bucales y pastas dentales.
¿Cómo es que el flúor ayuda a detener la caries?
El flúor actúa de dos formas: tópica y sistémica.
El flúor tópico (es decir, el flúor colocado directamente sobre los dientes) fortalece los dientes que están en la boca. A medida que el flúor lava la superficie del diente, este se acumula en la superficie exterior de los dientes haciéndolos más fuertes y, por lo tanto, protegiéndolos de la caries. El flúor tópico además de proteger, ayuda a que la superficie de las raíces dentales sean menos sensibles al añadir flúor dentro de la superficie de dichas raíces que naturalmente son más suaves. El flúor tópico se encuentra en las pastas dentales, geles y barnices que se untan directamente sobre los dientes y enjuagues bucales. También en gotas o pastillas para tomar. Usualmente a los niños que presentan algún riesgo de caries se les aplica flúor tópico durante los chequeos odontológicos. El flúor tópico es una de las mejores formas de conseguir añadir flúor a los dientes.
El flúor sistémico se ingiere con los alimentos y el agua y, posteriormente, el cuerpo lo usa en la formación de los dientes. Si se toma el flúor regularmente durante el momento en que los dientes se están formando (entre los 6 meses a 6 años), éste se acumula dentro de la capa de esmalte (capa exterior de los dientes) y a medida que los dientes se van desarrollando se convierten en dientes más fuertes y resistentes a la caries. El flúor sistémico también protege los dientes tópicamente. El flúor sistémico se puede conseguir bebiendo agua de la llave que ya contiene flúor en forma natural.
¿Si un poco de flúor es bueno, más flúor es mejor?
En los estudios más recientes se ha llegado a la conclusión de que el efecto del flúor aplicado directamente sobre el diente es el que realmente previene las caries, y que el flúor ingerido, que llega al diente a través de la sangre, es realmente importante sólo antes de que salga el diente, cuando se está mineralizando dentro de la encía, pero es también en esta fase, la de antes de la erupción dental, cuando si hay un exceso de flúor, se produce la fluorosis dental. Aunque la fluorosis dental no es dañina en su forma leve, puede hacer que los dientes de su hijo se pongan color café o tengan puntos blancos; si es grave, puede llegar a destruir el esmalte. Como en otras situaciones en medicina, no siempre más es mejor: hay que buscar el punto intermedio para conseguir evitar la caries sin producir fluorosis.
Los niños que tienen más riesgo, y que por tanto deberían tomar flúor con frecuencia, son los que forman parte de uno de los siguientes grupos:
- Niños con caries ya activas (3 caries en los dientes de leche o una caries en dientes definitivos)
- Niños con malformaciones de la boca.
- Niños con aparatología fija.
- Niños con alguna discapacidad que dificulte su higiene.
- Niños que podrían sufrir complicaciones graves en caso de caries (enfermos del corazón, problemas de inmunidad o hemofilia, por ejemplo)
A los demás niños, los que no se consideran de riesgo para caries, bastará con aplicar el flúor que tiene la crema dental.
¿Qué debemos recordar?
El flúor por sí solo no puede prevenir la caries, esto es solo parte de lo que es necesario hacer para tener dientes fuertes y una buena salud oral. Lavarse los dientes dos veces al día con crema dental fluorada, usar el hilo dental diariamente, comer una dieta balanceada, limitar la ingesta de refrigerios o snack entre comidas, especialmente evitando comer dulces o alimentos pegajosos y visitar en forma regular al dontopediatra y seguir todas sus recomendaciones para cuidar la salud dental de sus hijos.
Si tienes alguna inquietud al respecto, puedes solicitar una cita de valoración con la Odontopediatra, sin ningún costo, y ella resolverá todas tus dudas.